
Hace algunos días llegue a un puesto
de hot dogs, y pedí uno, cuando me lo
entregaron y le di la primera mordida se acercó un señor con aspecto humilde
pidiéndome si le compraba un hot dog, mi primera reacción fue: sí claro!
Y se retiró como 3 metros no sin antes pedir su hot dog; al momento de
empezar a preparárselo el señor del puesto
voltea y me dice con expresión de enfado: “a ese señor yo lo conozco
como de hace 20 años viene todos los días y siempre busca quien le regale un
hot dog” y le dije: ¿cómo? ¿enserio? Me sorprendió, me incomodó, me sentí
utilizada y molesta, ciertamente yo no sé nada de ese señor, no se su historia,
pero al menos o nunca jamás tiene 25 pesos o nunca los quiere gastar, pareciera
que es mucho más cómodo que otro lo gaste por él.
Lo que me lleva a reflexionar con
tristeza el pensar que el que siempre pide jamás será una persona que impacte a
la sociedad o que inspire a otros, nunca será un líder porque no sabe dar. Y así
como él, hay muchas personas que se acomodan siempre pidiendo, pagando lo menos
posible, dejando al amigo que lo haga, hay quien en su inmadurez busca siempre que todo le regalen y
por supuesto también me refiero a quienes demandan todo tipo de atención robando como vampiro
la energía de los demás, pareciera que el cuestionamiento sobre que puedo ofrecer jamás pasa por sus
mentes.
El liderazgo siempre nos llevara
a dar y a servir a los demás. Un líder y conquistador nunca está cómodo y sabe
que para construir algo siempre habrá un sacrificio suyo y de quienes lo
rodean, sabe que para que las cosas sucedan se trabaja como hormiga sin parar, solo
se toma pausa para recargar batería y
continuar.
La mentalidad de un conquistador es alguien que
ofrece no que pide, solo ofreciendo cambias tu mente de:
”no tengo nada que dar, a Sí tengo
algo que ofrecer”.
Para crecer y evolucionar es indispensable pensar en lo que uno puede ofrecer, que le
ofreces a Dios, a tu familia, a tu ciudad, a tu país?, cuando uno tiene
claridad de lo que tiene para ofrecer después viene el hacer un compromiso, y cuando uno hace un compromiso y lo cumple
forma el carácter. Quizás muchos hemos pasado por el hecho de no cumplir los compromisos
adquiridos y sabemos que eso nos queda como una deuda energética que hay que
reparar, habrá compromisos que realmente no quieres cumplir quizás no estas
convencido o no te satisfacen pero queda un aire de incomodidad.
El constante movimiento te lleva a conquistar, es
decir haciendo las cosas y no solo pensándolas, ofreciendo no pidiendo, con la
libertad de saberte creador y con plena seguridad de que siempre tendrás
talentos para ofrecer a los demás. Exponerte y ofrecer al otro hará que tu espíritu Brille.
YO VENGO A OFRECER MI CORAZÓN.
| https://www.facebook.com/claudia.esparzagarcia |
