viernes, 9 de junio de 2017

Sanidad Interior


               






Para quienes nos dedicamos al servicio de ayudar a los demás en lo clínico, espiritual y emocional, observamos cada vez una mayor necesidad de sanar nuestro corazón. Cada vez más conscientes de los efectos autodestructivos que las emociones negativas nos dejan. La rabia, los celos, la envidia, la culpa, la soledad, la tristeza, no deben ya tener cabida en nuestra vida. La Sanidad Interior es un proceso que podemos echar a andar si lo decidimos. El crecimiento y la sanidad son nuestra responsabilidad.

            Pero ¿cómo nos sanamos interiormente?

La sanidad es un proceso de autodescubrimiento continuo, el examinarnos a nosotros mismos nos permite tener plena conciencia de nuestros conflictos de carácter, de nuestros miedos, limitaciones, incomodidades e inseguridades; y es ahí donde se encuentran nuestras áreas de oportunidad y de expansión para liberar al verdadero ser que tenemos dentro, a ese magnífico ser que puede llegar a otro nivel de crecimiento para culminar en la cima de la montaña.
Nos sanamos permitiéndonos el flujo y la expresión de nuestros sentimientos sin necesidad de lastimar u ofender a otros, con la finalidad de reconocer lo que en realidad sentimos y pensamos, al expresarlo desahogamos todo lo que hay en nuestro interior. Nos sentiremos  acompañados cuando elijamos a alguien que sabemos nos escuchará sin juzgarnos. Nos sanamos por supuesto viviendo el valor del perdón, brindándolo a los demás y a nosotros mismos.
Por otra parte, un concepto muy interesante alrededor de este tema es la “catarsis”, la cual es un proceso de purificación, a nivel corporal, emocional, espiritual y  mental, es una forma de limpiar o purificar el alma.  La palabra proviene del término griego kátharsis, que significa,  purificación. Y es la expresión de las emociones ligadas a un recuerdo o trauma, la cual genera un desbloqueo de la emoción o del recuerdo y  permite a la persona entender la emoción o el recuerdo, y poder expresarse, hablar y compartir de manera amplia y fluida sobre esa experiencia. Hoy en día existen técnicas y herramientas que nos ayudan a desahogar esas emociones que nos perturban y lo más indicado es que dichas técnicas las aplique un profesional de la salud, psicoterapéuta o analista calificado.
Posteriormente damos un profundo suspiro y nos enfocamos en recuperarnos; dentro del proceso psicoterapéutico yo sugiero que se haga una lista de las cosas que uno necesita hacer todos los días para llegar a esa pronta recuperación del alma, del corazón  y del cuerpo, un ejemplo podría ser:
·         Meditar
·         Hacer ejercicio
·         Salir con alguna amistad
·         Practicar alguna terapia ocupacional (tejer, hacer una manualidad, aprender algo nuevo)
·         Desarrollar y alimentar nuestra espiritualidad
·         Masaje anti estrés
·         Nadar
·         Mover con un nuevo orden los muebles de tu casa o  recámara
·         Cambiar tu imagen
·         Ir a la Iglesia y reconectarte con Dios
·         Hablar con personas que pasan por dificultades similares, terapia grupal  etc.
·         Conectarte con la naturaleza (abrazar un árbol, acampar)
·         Leer libros de superación personal
·         Tomar cursos
·         Practicar la respiración profunda
·         Leer y meditar la Biblia u otro libro de interés religioso o espiritual

Sin embargo solo tú puedes saber lo que te hará sentir mejor, haz tu propia lista.
 En el libro “Las 5 heridas que impiden ser uno mismo”, la autora nos exhorta a reflexionar sobre cuáles son nuestras principales heridas, el rechazo, el abandono, la humillación, la injusticia y la traición;  todos tenemos algo que sanar. Cada uno somos producto de una historia, fuimos niños, adolescentes, jóvenes y tuvimos un libreto para escribirla a través de nuestros actos, pensamientos y decisiones o donde otros la escribieron por nosotros.
Nuestra Sanación Interior es un proceso de todos los días, en donde tenemos que tomar la decisión de enfrentar la realidad, superarla y seguir adelante, una vez escuche que “el desierto se hizo para cruzar no para vivir”, y esto equivale a nuestros momentos menos agradables, las heridas están ahí para aprender, para que sean curadas y para crecer a través de ellas, no para ser siempre víctimas.
Si es necesario pedir ayuda, hazlo y de preferencia busca a alguien que te recomienden.
 Liberar las toxinas emocionales, espirituales y físicas es el mejor regalo que podemos darnos. Mantener, atraer y recuperar la paz y la tranquilidad, es el mejor bálsamo para todo nuestro ser. Por último, procura que cada mañana tengas claro qué acción te dará paz interior, sin importar lo que haya a tu alrededor. Con la práctica, en poco tiempo sentirás la necesidad de experimentar paz y armonía todos los días, habrás dado paso a nuevos hábitos en tu vida.







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